domingo, 12 de enero de 2014

PERMISO, GRACIAS Y PERDON


 
En la Iglesia Católica y en el mundo estamos viviendo una  primavera refrescante con el papa Francisco. No se trata de creencias, sino de valores humanos excelsos.
Francisco sostiene que simplemente es Papa y no Sumo Pontífice. No quiso habitar  en el aislado apartamento papal del Vaticano, porque, dijo -  No soy  capaz de vivir solo y no quiero que me aíslen.

Como Jesús., quien no juzgo a la mujer adultera que iban a apedrear, el Papa aseguró: “¿Quién soy yo para juzgar a lesbianas y homosexuales?         
A algunos no les gusta que sea tan común y corriente.
 ¿Acaso su “Jefe” no hablaba de flores, de pajaritos, de pastores, de ovejas perdidas, de trigo y de cosechas?

Claro,  él  no habla de teología ni de encumbradas teorías, ni hace disquisiciones filosóficas. Solo nos está recordando el mandamiento nuevo: Amaos los unos a los otros”.

Francisco besa a los enfermos, abraza a los tullidos, defiende a los pobres y se aterra con “la globalización de la indiferencia”.

¿Sera que, así como Jesús incomodaba a los sumos sacerdotes, este está incomodando a los detentadores del poder religioso?

-          Para mí hay tres palabras que definen a las personas y constituyen un compendio  de actitudes – dicho sea de paso, no sé si yo las tengo – y que son: permiso, gracias y perdón.

La persona que no sabe pedir permiso atropella, va adelante con lo suyo  sin importarle  los demás, como si los otros no existieran.  En cambio el que pide permiso es más humilde, más sociable, más integrador.

¿Qué decir del que nunca pronuncia “gracias” o que en su corazón siente que no tienen que agradecer a nadie?.

Hay un refrán que es bien elocuente: “El bien nacido es agradecido”.
La gratitud es una flor que florece en almas nobles.
Y, finalmente hay gente que considera que no tienen pedir perdón por nada.
Ellos sufren el peor de los males: la soberbia.  Solo aquel que tuvo la necesidad de pedir perdón y lo experimento, puede perdonar.
Por eso, a los que no dicen estas tres palabras les fala algo en su existencia.
Fueron podados antes de tiempo o mal podados por la vida ( Papa Francisco).

TEXTO: Ramiro Valencia Cossio
Revista Avianca – Enero 2015 – Pag. 154                                                                      

1 comentario:

  1. Que el camino salga a tú encuentro.
    Que el viento esté siempre detrás de ti
    y la lluvia caiga suave sobre tus campos,
    y hasta que nos volvamos a encontrar,
    que el buen Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano.

    Que vivas por el tiempo que tú quieras,
    y siempre quieras vivir plenamente.

    Recuerda olvidar las cosas que te entristecieron pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron.

    Recuerda siempre olvidar a los amigos falsos
    pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles.

    Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron,
    pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día.

    Que el día más triste de tu futuro
    no sea peor que el día más feliz de tu pasado.

    Que nunca caiga el techo encima de ti
    y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan.

    Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío,
    una luna llena en una noche oscura
    y que el camino siempre se abra a tu puerta.

    Que vivas alegremente todos tus años con un año extra para agradecer.
    Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño.

    Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen,
    los ángeles te protejan y el cielo te acoja
    y que la fortuna de la vida plena te abrace.

    Que las bendiciones siempre te contemplen.
    Que tus bolsillos estén siempre pesados y ligero tu corazón.

    Que la buena suerte te persiga
    y que cada día y cada noche tengas muros contra el viento,
    un techo para la lluvia, bebida junto al fuego,
    risas que te consuelen, aquellos a quienes amas
    y que se colme tu corazón con todo lo que desees.

    Que el buen Dios este contigo y te bendiga,
    que veas a los hijos de tus hijos.

    Que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones.
    Que no conozcas nada más que felicidad desde este día en adelante.
    Que la energía divina te conceda años de vida, de seguro el Dios de la vida sabe que la tierra no tiene suficientes Ángeles.

    Qué así sea tan solo si tu lo decides....

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