domingo, 12 de enero de 2014

CON EL DEDO EN LA LLAGA Y EN EL CORAZON



En Septiembre del 2013 el Gobierno de Ecuador decidió explotar el petróleo del ITT, situado dentro del parque nacional Yasuní. Las amenazas para nuestra región amazónica siguen creciendo y algunos dicen que se acabo el espacio para la reflexión pausada y para los debates serenos. Las razones a favor  de no extraer el petróleo que en  junio del 2012 se expusieron en la Cumbre Climática de Rio + 20 con tanta convicción, enmudecieron. Ahora el mensaje que se repite es otro: el petróleo  puede ser extraído sin apenas impacto para el parque natural y su biodiversidad. Y en todo caso, se nos dice, no hay proporción entre los pequeños efectos negativos y los enormes  beneficios que llegan con la explotación.
La iglesia ni puede ni quiere entrar en el terreno de la política partidista. A la Iglesia no le corresponde dar soluciones políticas o técnicas, pero todos, también la Iglesia, tenemos la responsabilidad de custodiar la creación. Por eso, además de dar gracias a la Creación y a la naturaleza  por la gran diversidad  amazónica, vamos a seguir celebrando la riqueza de los pueblos amazónicos y de sus culturas  nobles, a menudo incapaces de defenderse de nuestras insidias y estrategias depredadoras.  Por eso seguiremos haciendo lo posible para que también sus preocupaciones legítimas sean escuchadas.
La Iglesia ya estaba en la Amazonia cuando nadie sabía del petróleo y cuando el Estado apenas tenía presencia en esas aéreas. Seguiremos trabajando para defender la creación y los derechos de los pueblos también cuando ya no haya petróleo que extraer. Nuestra apuesta por la vida y por los derechos humanos es de largo alcance y recorrido y no vamos a enredarnos en batallas coyunturales que priorizan otros intereses.
Necesitamos aprender lo que significa custodiar la creación y los inevitables cambios que ello supone en nuestro modo de pensar, de viviré, en nuestras decisiones a todos los niveles. Ya no nos queda más tiempo. Algunos científicos dicen que el tren ya se fue. Por como van las cosas parece que necesitaremos un milagro.


JULIO PARRILA DIAZ
Obispo de Riobamba.

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