martes, 7 de septiembre de 2010

LA CARTA DE JUAN


LA CARTA DE JUAN

Te escribo una carta común para preguntarte - ¿Qué quieres de mí?

Déjame en paz.
Déjame tomar mis propias decisiones.
Déjame vivir en el mundo de tres dimensiones con sus virtudes y defectos.
Déjame ser humano.

No puedo amar a un espíritu.
No puedo amar a alguien que es perfecto, esto no tiene sentido.
No entiendo a nadie que es superior a mí.
No quiero ser tu esposo.
No quiero atarme a nadie.

De ti tan solo quiero tu paz, tu amor y tu compasión.
De ti tan solo quiero que me des guía para hacer lo mejor que deba hacer.
De ti tan solo quiero tu alegría, quiero tomar tu parte humana , tu parte sensible.

Quiero a un Jesús que siente, que sufre, que ríe, que sabe lo que es el dolor humano.
Que no exige ni ata a nadie.
Que no hace promesas de cielos eternos para que lo quieran.

Quiero a un Jesús , no como esposo sino como amigo y consejero.
Que le pueda contar mis triunfos y mis fracasos, mis virtudes y mis debilidades.

No quiero a un Jesús inalcanzable, aun Jesús que tan solo me ofrece sufrimientos para llegar a él.
No quiero al Jesús perfeccionista.
No quiero ser igual a ti.

Quiero ser yo mismo , poder escoger entre lo que me conviene y no me conviene por mi propia decisión,
mas no basándome en las religiones.

Quiero amarte sin ningún compromiso, sin ninguna atadura.
Pero amarte, no como el Hijo de Dios, ni tampoco como el príncipe de la Iglesia.
Te quiero amar como hombre.
Si es posible tal como fuiste de carne y hueso, con tus propias virtudes y debilidades.

Quiero amarte tal como eras cuando estuviste en la Tierra, tal como eras cuando estuvimos juntos.

No quiero amar al Cristo que espera alabanzas.
No quiero amar al Cristo al cual uno tiene que decirle a cada rato que e es un pecador y
que tenga misericordia de uno por ser tan humano.
No quiero amar al Cristo que impone o ordena.
No quiero amar al Jesús que me pone pruebas. Y
ya me has puesto demasiadas y después de tantas pruebas me reclamas que te soy infiel.

No puedo serte fiel porque soy humano y tú ahora eres un espíritu.
Tan solo quiero amarte tal como eres. Sin esperar ninguna recompensa tuya.
Sin esperar ni un cielo, ni una morada para mí.
Tan solo tu amor me basta. Tan solo sintiendo tu presencia soy feliz.

No necesito nada más.
¿Entiendes?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario